El Canto del Grillo.

Aguarda un momento porque este jodido carrito ha vuelto a atascarse y como no coloque bien los libros voy a ir dejando desparramado por el corredor lo más selecto de las letras americanas aunque tampoco te discuto que alguno de estos panfletos que me piden no lo merezca pero no es cuestión de que el alcaide o cualquiera de estos otros patanes de uniforme vayan a pensar que la limpiadora se ha desquiciado cubriendo el suelo de papeles para que nadie le pise el suelo mojado y aun siendo así te concedo que no sería mal destino para este ejemplar del selecciones o esta vieja revista que me acaba de devolver el cerdo de Haussman tan manoseada que rezuma pasión frustrada como un colchón de cualquiera de los prostíbulos de la avenida Madison pero creo que esto por fin lo tengo listo y con un pequeño empujón ya vuelven a cantar los ejes como grillos enamorados en una noche de julio anunciando que se acerca el viejo Sam cargado de historias para todas estas almas perdidas que solo quieren olvidar las suyas propias o tal vez dejar de compadecerse pensando que ellos no deberían estar aquí por más que la ley y el mundo y los jueces y sus familias y los pocos amigos que dejaron atrás y en muchos casos hasta los bastardos de sus propios abogados pensaran justo lo contrario pero ya vas comprendiendo que este es otro mundo que te recuerda a cada instante como esos muros no están aquí para que tú no te escapes sino para que todos ellos no vuelvan a verte pues es solo por la voluntad de esas piedras que cargaron otros presos y esos malditos hierros que en realidad nacieron para soportar el paso de las locomotoras que quienes vivimos aquí encerrados nos creemos a salvo de la memoria de nuestros delitos asumiéndolo con tal convicción que cuando llevamos enchironados unas cuantas semanas nos olvidamos ya de ese inútil deseo de romper los barrotes o dejarnos las uñas cavando un túnel y si entonces nos viene alguno con el cuento de tener un plan para fugarse nos reímos con esa carcajada lastimosa que suele brotar de las mismísimas tripas pues la estupidez a veces cae en gracia y sobre todo porque conviene evitar que algún polizonte escuche al pobre desgraciado y lo metan unas cuantas semanas en la nevera pues por mucho que cueste con el tiempo aprendes que la cárcel que importa no es la que te rodea sino la que tú mismo llevas dentro pues si aquí hay algo que tenga uno de sobra es tiempo pero no consientas mi cielo que te aburra con estas divagaciones pues ya estamos llegando al primer corredor y he de hacer unas cuantas entregas que ojalá fueran muchas más porque todavía no se qué hacer con este maldito libro pero me dejarás que te lo explique más adelante porque el granuja de Silver ya ha escuchado la estridente letanía de mis grillos y veo como asoma un libro por entre los barrotes de su jaula y si mi vista cansada no me engaña va a ser lo mejor que me ocurra esta mañana pues no te imaginas el tiempo que llevaba esperando encontrarme de nuevo con el viejo Gideon y por fin lo tengo en mis manos para poder llevárselo a ese desgraciado que todavía se pasa las noches llorando y presumo que cuando empiece a leer los mensajes que han ido escribiendo varias generaciones de presos en las páginas de esa vieja biblia podrá darse cuenta de que aquí no te puedes permitir el lujo de ser débil y mucho menos de parecerlo y en un par de días me acabará preguntando cómo todos en qué página escribió su mensaje scarface y con estas lo podré tener entretenido unos días buscando la firma de Capone desde el Levítico al Deuteronomio y no porque el jodido bastardo dejara en realidad mensaje alguno escrito en este o en ningún otro libro sino para que ese crío encuentre consuelo y ayuda al ir mirando y leyendo todas esas frases desesperadas que desde hace lustros van pasando de mano en mano pues no en vano el Gideon es el libro más solicitado de mi colección del que todos saben pero nadie habla y que debe estar siempre en movimiento como prometí a mi predecesor para evitar que en cualquiera de los raros inventarios de la biblioteca que hacen las cotorras del ejército de salvación acabe en manos del alcaide pero mejor dejemos atrás a Silver que no parecía muy descontento con ese ejemplar atrasado de Life al que le ha sobrevivido un crucigrama y déjame que te hable de esa rata de Bonuzzi que es nuestra siguiente parada y que tiene el dudoso honor de ser el único de entre todos los espaguetis de este módulo que no está aquí por delitos de sangre convirtiéndole en un personajillo irrelevante y rastrero capaz de cualquier cosa por hacerse un hueco entre la élite del crimen que le rodea y por tal condición el tipo es uno de quienes intercambian más mensajes hasta el punto de que no hay semana donde no me devuelva tres libros y yo le entregue otros tantos de los que en realidad el tipo solo lee la jodida nota que le manda alguien que quiere algo de él o alguien de quién ha cumplido un encargo siendo estos afanes de alcahueta quizás el más insoportable de los precios que debo pagar por cuanto hice pues aunque ni en mil vidas se me ocurriría espiar el contenido de esos mensajes en realidad no hay que ser muy aventajado para adivinar que cada día pasan por mis manos extorsiones y amenazas y sodomías y toda clase de maldades sin que yo pueda hacer otra cosa que fingir que conservo algo de dignidad en este maldito páramo de infamias que solo por ti se me hace soportable pues como te digo los malnacidos como este Bonuzzi que me acaba de devolver Las Uvas de la Ira emponzoñadas con otra de sus notas me han ido acumulando tal exceso de repugnancia en todos estos años que apenas si me cabe ya un ápice de compasión de modo que ya hace tiempo que dejé de sentir la diferencia porque será que esta jodida cárcel se me ha metido tan adentro o que yo me he incrustado de tal manera entre ellos que al final soy solo uno más de quienes viven y medran y mueren entre estas rejas pero aun así te confieso que me estremece tener que llegar hoy a esa puerta del tercer corredor donde me va la vida en entregar este fatídico ejemplar de Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino pues esta es la razón de que mis grillos canten esta mañana más despacio y mis queridos libros apenas se quejen del traqueteo y hasta el guardián se me haya quedado mirando y tú misma habrás notado que me entretengo tanto ordenando el carrito pero ahora debo continuar porque esto es lo que hago y porque aquí en la cárcel solo eres lo que haces y ya veo manos que esperan que les arroje sus historias por entre las rejas aunque solo se trate del catálogo de unos almacenes donde una conciencia prístina y bienintencionada habrá arrancado cualquier página donde se insinúe una perversidad que reconoce solo porque ya le era conocida o una simple tira cómica que pueda ayudar a que algún infeliz no se ahorque esa misma noche pues todo esto es lectura al fin y al cabo y aunque esta prisión solo albergara lo peor de la condición humana si por algún extraño motivo se la pudiera considerar hogar concedámosle a Cicerón que sin libros sería un cuerpo sin alma y por mucho que ansíe darle salida a los Steinbeck y Faulkner y a los Hemingway y a los Whitman y Scott Fitzgerald que más allá de toda esperanza llevo siempre en el ilustre fondo de este carrito si cada día consigo que al menos alguien se divierta con Twain o vibre con Zane Grey o llore a escondidas con la May Alcott puede que mis cuentas con quien quiera que algún día alumbrase el orden de este universo no me sean a la postre tan desfavorables pero déjame que te diga que si algún libro atrae a mis congéneres como la miel a las moscas es El Conde de Montecristo del que hay tres ejemplares que nunca asientan en la biblioteca pues siempre tengo algún alma sedienta de redención en espera de Dumas o quien quiera que lo escribiera aunque de este ejemplar que ves aquí espero mejores servicios pues ha de salvarme al joven Steven de la mano de otros o puede que incluso de la suya propia si es que aún sigue en su celda porque ese chico ayer mismo tuvo un mal encuentro y cuando le vi llevaba un par de moratones en el rostro y sangre seca en el cuello de la camisa obra con toda seguridad de alguna de esas viejas arpías que rondan a los muchachos en los vestuarios y son capaces de los actos más viles para satisfacer sus pasiones y por mucho que yo le avisara de cuidarse de tales compañías y evitar la soledad en los lugares donde actúan tales alimañas el chico bien por lo inocente o por lo arrojado de su carácter ha terminado recibiendo lo suyo o mucho peor ha enojado a una de esas fieras a las que no conviene molestar así que espero que pueda entender el mensaje de Dantés y desista de esas venganzas que aquel Francés descubrió con pesar que debían fiarse a la providencia en vez de convertirse en su brazo ejecutor o por lo menos que encuentre en esa lectura la paz que este mundo le niega así que vayamos ahora a su celda aunque ya me inquieta que estos grillos no le hayan hecho asomar y temo que sus males no hayan ido a menos porque no sale ni aparece y ahora que mis ojos se hacen a la oscuridad le veo tumbado en el catre exánime y sin hacer caso a mis llamadas pues de no responderme no tendré otro remedio que avisar a los guardias aunque parece que sí que ya me ve y se levanta y se acerca y me habla y sus palabras me llenan de horror porque la amenaza a la que él no quiere dar importancia es de hecho una sentencia de muerte y porque quien la ha proferido es un tipo poderoso amén de un depredador sanguinario y depravado y sobre todo porque ese tipo es justamente quien me ha dado el libro de Verne conteniendo el mensaje con el fatídico encargo que he de entregar en el tercer corredor por lo que sin leerlo siquiera ya sé de cierto que hoy transporto la muerte en mi carrito y esa muerte tiene cara y voz y treinta años mal vividos y ahora siento como si mi propia mano empuñara el estilete para hundirlo sin piedad en la carne de una criatura que fuera de estos muros resultó culpable de alguna indignidad pero dentro de ellos va a morir condenado por su estúpida inocencia y debo seguir porque he de hacerlo y porque si no lo hago seré yo el ajusticiado y porque en el fondo somos lo que hacemos como ya te dijo este mismo cobarde jinete del apocalipsis empujando su carrito que ahora es tan pesado que tengo la sensación imposible de que es él quien me arrastra a mí y estos malditos ejes ya no chirrían sino lloran y hasta los libros me miran con desprecio y se ponen de pronto a vomitar todas esas notas que les fueron metiendo dentro pero yo no puedo perderme en estos oscuros pensamientos pues esta es la ley de la cárcel y yo debo seguir si no quiero sucumbir cielo mío pues la cárcel es juez que no perdona y ahora tú que tan bien me conoces deberías poder aconsejarme qué hacer porque me falta valor para hacer lo que debo y hacer lo que quiero consumiría la poca dignidad que me permite tenerte pero si tu decidiste aquella vez creo que en esta ocasión soy yo quien debe hacerlo por mucho que me atormente la duda y me oprima la razón aunque debo pensar rápido porque queda muy poco ya para llegar al corredor aunque por el camino he de cumplir con otra entrega muy especial que traigo bien guardada en la parte de abajo y si consigo mover estos libros sin que Thoreau acabe en el suelo verás que se trata de un encargo muy chocante que acepté hace años y en esta hora me coloca ante otra decisión tremendamente compleja pues Macguillis no es mal tipo y el arreglo que hicimos estaba funcionando de maravilla a pesar de lo enrevesado pues logramos que recibiera al menos ocho cartas de su mujer a pesar de los desvelos del alcaide para mantenerle aislado y todo gracias al sencillo procedimiento de dirigirme ella sus cartas a mí para que yo se las pudiera hacer llegar al marido y aunque en algún momento se extrañaron de que este viudo recibiera tanto correo la explicación de que eran cartas de mis antiguos alumnos resultó convincente gracias a la astucia de Sharon cambiando los datos del remitente en cada una de sus cartas y por este extraño procedimiento Macguillis ha podido sobrellevar mucho mejor su aislamiento hasta hoy en que este cartero indiscreto conoce el contenido de la carta y se pregunta si debe o no debe entregarla mi cielo y se lo pregunta desconsolado porque Macguillis no tiene más apoyo en este mundo que esa misma mujer que le está pidiendo el divorcio en esta carta porque será que hay otro hombre o que las noches son muy largas o el olvido traicionero y ese Macguillis que ya estuvo horadando la viga del techo cuando se llevó unos meses sin recibir correo mucho me temo que al leer esta amarga misiva enrolle su camisa y la pase de una vez por esa viga así que llevo otra muerte oculta en un libro pero esta me va a costar bien poco impedirla más allá de incumplir una promesa y ya ves cómo me mira al pasar pero mis grillos cantan de nuevo a pesar de este rastro de mentiras que me impone la conciencia pero el momento se acerca pues ya veo en la distancia sus dos manos asesinas que me esperan retorciendo los barrotes como si asfixiaran sendos pajarillos imprudentes que se dejaron engañar por el canto enjaulado de un mercenario y terminaron enganchados en la siniestra red y tal parece que ya conociera mi carga y ansiara su contenido pues me mira como al contable que entrega el sobre con la paga o a la furcia que se desprende de su colorido blusón prestado y en este momento más que nunca yo soy tu y tú y yo somos solo uno y aun siendo dos jamás podríamos con esta carga y por mucho que ese canalla grite y amenace el corredor se termina tan despacio que no podemos ya volver como tampoco pudimos regresar a aquel tiempo cuando me esperabas al anochecer con un plato lleno de sonrisas y una copa vacía para que yo te contara de mis alumnos y tu de tus geranios y entonces nos reíamos de la noche y nos bebíamos los amaneceres hasta que la maldita sombra se te posó en el rostro y tú decidiste que yo le robara el tiempo a la maldita enfermedad aun sabiendo que de aquel negocio tú eras quien más perdía pues de aquel crimen vino esta condena que me arrastra y que siempre he tenido por leve dado que el precio era no volver a verte y aunque aquel acto solo me devolvió la epifanía de tu cara helada y tus ojos vacíos desde entonces todas y cada una de mis horas han estado tan llenas de ti que ni el tiempo ni las incesantes infamias de este lugar ni todas las indignidades que he padecido en estos años y ni tan siquiera la zozobra de estos momentos últimos cuando siento perdida mi ya la existencia por darle unas horas más de vida a ese chico lograrán separarnos pues si en mí has vivido desde que te quité la vida ahora solo deseo que siempre hayas tenido razón y este pobre ser escéptico tan pagado de si mismo termine descubriendo esa verdad tuya ajena a toda razón para acabar entrando cabizbajo y arrepentido a esa vida más allá de la vida en la que nunca creí y donde al fin podremos estar juntos por siempre pues créeme querida Ellie que con solo atisbar la luz de este deseo imposible en las oscuras bóvedas de mi conciencia ya empiezo a sentir como mis grillos cantan anunciando el atardecer.




A modo de explicación.

Este texto surge de una propuesta de Jose dentro de su Vadereto del mes de Mayo de 2022, a cuyos requisitos me permití añadir el de escribir el relato sin utilizar signos de puntuación. A pesar de la dificultad, o precisamente gracias a ella, ha sido una experiencia absolutamente enriquecedora. Creo que este es de los textos que más me ha enseñado y seguramente uno de los que más trabajo me ha costado; tanto, que después de escribir casi tres mil palabras de corrido ahora mismo me parece una fiesta cada vez que coloco un punto o una coma.

Era tentador explicar ahora mi proceso creativo como hago en ocasiones, pero en este caso creo que es mejor limitarme a contestar aquello que tengáis a bien comentar o preguntarme. Entre otras cosas, esto ha sido agotador.

Como supongo que habrá sido también tu lectura. Pero piensa que si has llegado vivo hasta este párrafo, entonces... ¡ya puedes presentarte a un campeonato de apnea!

Muchas gracias. Un abrazo.

Comentarios

  1. Con muy poca vergüenza y total alevosía, perpetro más que acometo un comentario a tu relato, que más bien son sensaciones, pues creo que, con sinceridad, escribo algo mejor que el intento de reseñas, hay compañeros más preparados que yo, te lo aseguro, pero tú lo has querido (sonrío).
    Sobre la calidad narrativa de tu canto del grillo (luego iré a ello), te digo que me descubrí leyendo a toda leche, a una velocidad vertiginosa sin las “señales de tránsito” que obligan a respirar para un mejor discurrir. Saramago estaría en total desacuerdo conmigo, claro. Es cuestión de acostumbrarse al formato, así que empecé de nuevo la lectura e inevitablemente mi cabeza puntuaba de modo natural hasta llegar a olvidarme, incluso, de la carencia de reglas que pausaran el relato.
    Explicas al final de que fue una propuesta, aunque ya me dirás cual es la razón (no es una crítica, es curiosidad)
    Yo, que padezco de “comatosis” y que lucho contra mi dolencia de exceso de puntuaciones, que intento ser más anarca saliendo del corsé tradicional, para el transcurso natural del torrente que a veces nos asalta a quienes pretendemos esto de las “escribideras”, me ha resultado curioso tu formato.
    Al margen de lo que te apunto, tu relato es magnífico. En segunda persona, dirigida a… lo que creí en principio, editor, y resultó que escribía cuando tenía otra vida de alumnos y literatura, a la mujer de los geranios y él haciendo causa común con ella, aunque le sesgara la vida, contando sus cuitas con una naturalidad pasmosa, desde el constreñido lugar en el que se encuentra encerrado. El ambiente decadente carcelario lo clavas, (revista, colchón, amenazas, sodomías… ), así como la interrelación con el resto de los presos y sus cuitas. Es casi escritura automática con un poso o bagaje importante. No escribes al tuntúmn aunque lo parezca a priori. Hay oficio, Isra. Hay referencias sin que resulten pedante, viene a cuento con la historia, y la pones a disposición de ella. O eso me ha parecido. También te digo que te comento a lo loco, dejándome llevar, (todo se contagia)
    Hay metaliteratura y referencias varias. Si me permites una ligera crítica, y siempre desde un punto de vista personal, un exceso de ellas. Creo que con nombrar a varios de los referidos autores se da por sentado lo que quieres significar. El Conde de Montecristo va como anillo al dedo.
    El texto pide a voces pausas, es denso,(en el sentido positivo, dada la temática), inteligente, vivo, pasional… se necesita cierta calma para poder leerlo y las comas, puntos, son el lugar para respirar y continuar el camino.
    El canto del grillo es magnífico, ya te lo dije… pide a grito leerlo en papel, como toca con formato largo. Lástima que se acabara la tinta de mi impresora… otra vez será, pues espero que hayan otras veces, tal como intuí en el primer relato que te leí y que creo que te dije, que eras toda una sorpresa y un gusto para los sentidos leerte. Un pedazo de regalo, (no eran palabras huecas)
    Y nada más, Isra. Espero no haber desvariado demasiado, compañero.

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    1. Muchas, muchas gracias. Sé que te puse en un brete y que leerse eso, y comentarlo, exige tal esfuerzo que yo soy el de la poca vergüenza en este caso. Te agradezco mucho tus palabras y sobre todo que te hayas arriesgado a señalar aspectos que son mejorables con los que estoy totalmente de acuerdo. Seguramente queda hasta pretencioso extenderse citando a tantos autores; si bien la intención era caracterizar al personaje, los excesos son contraproducentes. Coincido contigo en que el texto pide pausas, tarea muy complicada cuando no puedes provocarlas con un punto o una coma. Sin embargo, se puede, lo intuyo, pero por más que lo intenté no supe dar con la forma.

      En cuanto a esa propuesta que motivó este relato, se trata del Vadereto de Jose (https://jascnet.wordpress.com/2022/05/01/vadereto-mayo-2022/), que cada mes propone un tema con normas sencillas y mucha libertad creativa (te lo recomiendo; no llevo comisión); yo añadí a ese reto el aliciente de escribir mi texto sin signos de puntuación porque quería probarme haciendo algo mucho más complicado. De paso, aprender a usar bien los signos de puntuación por el procedimiento de echarlos tanto de menos que acabara tratándolos con mucho más aprecio y respeto. Y, como siempre, aprender.

      Yo escribo para aprender.

      Por último, supongo que te estarás preguntando por qué te pedí que lo leyeras y comentaras. Pues en parte porque creo reconocer algo diferente cuando lo leo. En parte porque eres de las pocas personas que, como yo, admiten/piden de alguna forma que critiquen sus textos, y eso me hacía intuir paralelismos con mi propio camino en este oficio. Y en parte porque, aparte de Jose, me temía que nadie más se iba a atrever con algo que a primera vista parece una mamarrachada o la ida de olla de un pedante que se mete a florituras.

      Por terminar, no has desvariado demasiado compañera, al contrario, unas pinceladas certeras que es lo que uno necesita. Te debo una, quedo a tu disposición. Nos vemos en el próximo reto, aunque esto se me va a hacer largo hasta que el tintero o Jose se me aparezcan con una nueva propuesta... algo tendré que inventar, eso si, esta vez con sus puntos y sus comas correspondientes.
      Un abrazo.

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  2. No me debes nada, Isra, ¡faltaría!
    Aunque... si te apetece leer en formato papel, tengo un libro publicado (dos), y ya estoy con el tercero que queda muuucho trabajo por delante, estoy con el toma nota, el esqueleto, por eso te dije que el tiempo de que dispongo no es demasiado ¡ya quisiera yo! Ni siquiera he escrito nada para el reto del micro de este mes, ni se me ha ocurrido nada por ahora. Pero bueno... por aquí lo dejo por si te apetece sin ningún tipo de obligación.
    ¿Te he dicho ya que escribes muy bien...? ¿eh ehhh?

    https://alzapalabra.blogspot.com/search/label/NOVELA%20%22Villa%20Herbania%22

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    2. , no tengo excusa: vivo a menos de 500 m. de Circulo Rojo... 🤣🤣

      Pues sabiendo esto en lo que estás te agradezco mucho más que me hayas dedicado un tiempo que no tienes. Un abrazo y mucho ánimo con ese nuevo proyecto!!

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  3. Pues no sé si la editorial tendrá ejemplares de la novela, a mi tampoco me quedan ya, puedes conseguirlo por Amazon si de verdad te interesan. Gracias Israel.
    Mientras tanto, y para ir haciendo boca, te presento a otro Pepito grillo y sus cantos. Tranqui, es cortito, y si puedes leelo con la musiquita en la que me inspiré (se escuchan grillos)

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    1. https://alzapalabra.blogspot.com/2017/05/pepito-y-dios.html

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    2. Es poético y libre, tienes mano y se nota, ¿hablas francés? Una "z" me lo sugiere. Me encanta esa pequeña metamorfosis que rompe la historia, y hace que el dios contradictorio promocione a angel travieso. Me desencanta que el abuelo se quede a medias, quizás porque esperaba más de su aversión a la línea recta. Y me cuesta adivinar la intención pero quizás porque tengo el mal vicio de buscar intenciones. Mea culpa. El dios grillo pez esta cargado de simbolismo y solo se percibe realmente cuando lo sitúas en el lugar correcto: ¿La ensoñación de Pepito o la de ese narrador en primera persona que se aleja del escritor para ser por si mismo?
      Me ha gustado mucho esta no-historia, que no siempre hay que plegarse a Aristóteles. El abuelo le podría haber dado sentido y final, tal vez, pero eso ya lo he leído muchas veces y a tu grillo, no.

      (No sabia si contestarte aquí o en tu blog... ¿he hecho lo correcto?)

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    3. Lo buscare en Amazon, era solo la casualidad de esa editorial, habré pasado decenas de veces ante esa puerta y nunca se me ha ocurrido atravesarla...

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  4. Buenos días, Isra. Coméntalo por el espacio que quieras. Y sí, el francés es mi segunda lengua, ¡qué observador de zeta eres! :)
    Es verdad que la figura del abuelo ha quedado incompleta, quizás tuve que haber desarrollado más el personaje, no vale poner una característica especial y dejarlo luego colgado. La mayoría de las personas mayores optan por la línea recta, la moderación, la falta de aventuras y de peligros del camino, "en el centro está la virtud" suelen decir... este abuelo es diferente como has sabido ver, y ha quedado desdibujado y a medio camino... tienes razón, pero quería concentrarme más en el niño y su relación con los dioses, o al revés.

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  5. Y dado como escribes, Isra, aprovecha que tienes la editorial cerca de tu casa para publicar algo en papel, si es que no lo has hecho ya. Buen fin de semana.

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    1. Nunca he publicado. Eso ocurrirá el día que cree algo más hermoso que los árboles que habría que sacrificar... y ni ellos ni yo tenemos prisa.
      Buen finde, un abrazo!

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  6. He disfrutado con la lectura de este texto. La satisfacción es doble porque se trata de un experimento bien hecho, un experimento elegante en el sentido científico del término. Se aprecia que el autor ha hecho una recolección cuidada y con sentido de muchas fuentes y de información variada y diversa, con el objetivo de poner a prueba su teoría o hipótesis si la hubiese.
    El resultado es que, por una parte, el contexto ambiental queda perfectamente delimitado. Es muy sutil, por ejemplo como toma protagonismo el “viejo Gidion”, el nombre de la biblia carcelaria que juega un papel decisivo, tal como lo viene haciendo todo modo desde finales del siglo XIX en que aparecieron los “Gedeones internacioneles”, inclasificable organización de empresarios que tomaron el nombre de Gedeón, juez de Israel.
    Por otro lado, el complejo mundo de caracteres y tipos que pululan en ese ambiente enrarecido que es el oscuro y cerrado universo de a prisión, aparece perfectamente dibujado en sus acciones e interacciones con una considerable galería de personajes que de forma sorprendente el lector llega a conocer hasta en sus íntimos detalles incluídos emocionales en el mundo exterior a la cárcel.
    Para lograr todo eso, Isra ha tenido un gran acierto en la elección del narrador / voz narrativa. En este punto, hago un inciso para decir que discrepo fraternalmente de mi colega Isabel Caballero en cuanto a la persona gramatical.
    En mi criterio, el personaje principal, es a la vez el narrador en primera persona : Sucede esto cuando la función propia de la voz narrativa se deja a alguno de los personajes. Tal como sucede en este que presenta el autor : El personaje principal (que no el autor) es un bibliotecario/repartidor en una cárcel de EE.UU.
    Como es sabido, cada vez que hay un cuento o un relato novelesco, los sujetos narrativos, sean los que sean y sean como sean, se expresan con las tres personas gramaticales : yo, tú, él /ella. Admitido esto, en muchas ocasiones los autores olvidamos que en la ficción, cabe decir en la literatura, esas personas gramaticales toman matices propios, sin olvidar la categoría a la que pertenecen (tal como sugiere Todorov).
    Aquí está uno de los principales descubrimientos en este “experimento” que propone Isra. El narrador en primera persona (yo), se dirige a sí mismo en segunda persona (tú, te) y lo hace caminando sobre el filo de la navaja, ya que en un determinado momento, a quien se dirige (en segunda persona ) es a ella , que toma consistencia gracias a ese juego donde la persona gramatical (segunda) representa a dos personas narrativas , a saber :
    1 ) El narrador/protagonista cuando es interpelado por sí mismo.
    2 ) Ellis (personaje) cuando es interpelada por el narrador.

    Hago nuevo inciso, para señalar que es en este punto donde me parece que el experimento pierde consistencia o puede llegar a perder el equilibrio. Tal vez, mereciese la pena una reestructuración de la trama, (orden como se desrrolla la historia) de modo que la aparición del personaje de ella, pudiese ser adelantado, ya que hay 783 palabras antes de que aparezca y haya una interpelación directa y aún así puede pasar desapercibida : « sin que yo pueda hacer otra cosa que fingir que conservo algo de dignidad en este maldito páramo de infamias que solo por ti se me hace soportable…». Piénsese que es un punto de giro o punto clave en lo que se cuenta, tanto para el planteamiento como para el nudo y desde luego, para el desenlace.
    (Sigue)

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  7. En cuanto al experimento en sí, me parece digno del movimiento OuLiPo «Ouvroir de littérature potentielle», «Taller de literatura potencial» y de su divisa : «La búsqueda de formas y de estructuras nuevas que podrán ser utilizadas por los escritores como mejor les parezca».
    Según mi criterio, se lee muy bien, las preposiciones y conjunciones están por lo general bien distribuidas lo que favorece una lectura pausada y tranquila.
    Siendo un poco tiquismiquis, hay un probable fallo de tecleado : estos momentos últimos cuando siento perdida mi ya la mi existencia por darle unas horas más de vida a ese chico.
    De momento dejo aquí mi aportación, dejando claro mi respeto al principio de que la obra es tuya y lo expuesto son criterios apoyados en las razones expuestas que son totalmete discutibles.
    He llegado a este texto, desde la lectura del micro reto (Escrito en el futuro) que presentaste al Tintero de Oro (que no comenté) y del intercambio de comentarios que tuviste con Isabel Caballero, colega a la que tengo en especial consideración por su trabajo y generosidad.
    Un abrazo y gracias por el aporte de este “experimento” ;-)

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    1. Muchas gracias, Javier, por muchas razones. Primera por tomarte la molestia de leer y comentar el relato. No sabía nada de ese error de configuración en mi blog: lo resolveré y, desde luego, pondré en el tu comentario porque creo que aporta mucho a la comprensión de este experimento.

      También te agradezco esas palabras que creo inmerecidas sobre el texto pero, sobre todo, me gratifica que me ayudes en mi aprendizaje señalando con tanto acierto los puntos de mejora. Le dedicare una lectura más a fondo para perseverar en las correcciones que me señalas.

      Tengo un precepto que casualmente también se aplica a los celulares de última generación: si hay que explicarlo, es que no está bien escrito (diseñado, en el caso de esos aparatos). Y así, si el uso que hago de la voz del narrador genera dudas, es porque no está bien resuelto.

      Creo que contándote mi intención podremos poner más luz en el asunto. Está claro que se trata de la voz interior del personaje; el relato es, en realidad, la marea de sus pensamientos. Obviamente uno piensa en primera persona. Pero es común que los pensamientos se estructuren como un diálogo interior. Podemos pensar/dialogar con nosotros mismos, con una especie de "otro yo" que es el eco de nuestros pensamientos e incluso con Dios.

      Lo que entendía como un medio cuando estaba ideando el relato, este diálogo interior, empezó a adquirir más importancia a medida que me daba cuenta de que la identidad de ese "otro yo" podía ser la gran pregunta de la historia; más allá de la trama en si, fijé la intención de hacer que el lector se preguntara con quien hablaba ese bibliotecario, forjando así una trama subyacente que fuera in crescendo hasta alcanzar el clímax cuando, al final, se revela quien es ese sujeto y porqué ocupa de tal manera los pensamientos del protagonista.

      Esa era la intención. Añadía una dificultad añadida al hecho de escribir sin puntuación, pues tenía que crear y mantener esa tensión hasta el final.

      Como te digo, esa era la intención pero, como muy bien señalas, no he sido capaz de llevarla a efecto: la lectura deja dudas, esa persona, su mujer, aparece demasiado tarde, no se sugiere lo suficiente su presencia y el efecto deseado se diluye.

      La trama aparente, los avatares de Sam con ese chico amenazado y su decisión final, también tiene carencias; no está suficientemente argumentado ese conjunto de circunstancias que le ponen en riesgo.

      Y a pesar de lo que dices sobre el uso de conjunciones y preposiciones (tuve una lista completa de ambas a mano mientras escribía y corregía), se podría mejorar. Te advierto que he aprendido mucho en este sentido, pero sé que tengo que mejorar.

      Javier, vuelvo a agradecerte ese bien tan extraño y por eso mismo tan precioso que es recibir una crítica razonada, trabajada, sincera y sobre todo tremendamente aleccionadora, precisamente en este mundillo en el que nadie se atreve a señalar un fallo por no molestar. En mi caso, consciente de que la mejor forma de aprender es tener referentes claros, es lo que más deseo y agradezco, incluso aunque a veces duela (¡no es el caso!).

      Y por último te agradezco que seas de las pocas personas que han comprendido lo que me proponía: lejos de toda pretensión, de todo proselitismo, escribir y mostrar un texto tan radical y distinto solo podía ser un experimento, un reto personal para aprender y mejorar. Un reto cuyo fruto valioso, el único posible, es recibir un comentario como el tuyo. Sinceramente, me ha conmovido.

      Muchas gracias, siéntete siempre libre de ayudarme a ver mis fallos y cuenta con mi amistad y ayuda siempre que la necesites.

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  8. Ya me mencionan, vuelvo a entrar solo para decir que pedazo de crítica constructiva y asertiva te ha hecho el amigo Javier Rodriguez. Aprendo mucho de él, y eres afortunado de que tu trabajo tenga eco con criterio, como es el caso de tu Canto del grillo. En fin, que he disfrutado de tu relato y del comentario del compañero.

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    1. Coincido plentamente, es un regalo recibir estos comentarios, un abrazo!

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  10. WOW! Me has dejado sin aliento en ambos sentidos: físico y mental. Me ha parecido extraordinario. Me ha recordado una obra de Bukowski, La máquina de follar, que igual te sirvió de inspiración, y que contenía un relato titulado Veinticinco vagabundos andrajosos escrito por completo en minúsculas y que cuando leí, pensé que a mi copia le pasaba algo. Hasta que me di cuenta de que era algo completamente intencionado.
    A mí me espantan las frases largas, no sé, me agobian en general pero a veces, según el escritor que las emplee, llegan a gustarme. Y esto mismo me ha ocurrido aquí. No sé cómo lo has hecho pero he podido leerla usando las pausas que le darían los signos de puntuación sin que éstos estuvieran presentes. Sí he de decir que no es un formato demasiado apto para un soporte electrónico como este, estoy de acuerdo con Isabel en que ganaría bastante en papel, al menos en comodidad ocular. Un párrafo tan extenso marea un poco en una pantalla, de hecho una regla básica de los posts es hacer párrafos cortitos que sean más cómodos visualmente.
    En cuanto a lo que comenta Javier acerca de la mujer a la que va dirigida lo que para mí es una carta y que usa la segunda persona, no estoy de acuerdo. Para mí la intriga que produce intuir que se dirige a otra persona diferente al lector en un lugar tan avanzado me pareció un motor muy importante para continuar leyendo, a pesar de la incomodidad del formato.
    Puede que haya demasiadas referencias juntas, no lo niego, y esa otra errata en una frase, pero creo que lo que has hecho con este texto es extraordinario. Me ha encantado. ¡Buen trabajo, Isra!

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    1. Estimada colega MJ Ruiz, escribes: En cuanto a lo que comenta Javier acerca de la mujer a la que va dirigida lo que para mí es una carta y que usa la segunda persona, no estoy de acuerdo.
      Así dicho,coincido contigo y tampoco yo estaría de acuerdo.
      Con independencia de la interpretación de cada cual sobre la historia, tema o anécdota contada, hay un aspeccto muy interesante en este experimento que propone Isra, el autor. Y es el interés de elucubrar o valorar la categoría, o en este caso las categorías en las que aparece el narrador en la historia.
      Como propone Isabel Caballero, el narrador del relato actúa como segunda persona gramatical aunque en este caso yo prefiero seguir la tesis de Luz Aurora Pimentel y Helena Beristáin (1) que a ese tipo de narrador lo consideran un «deslizamiento de la primera persona narrativa», que es como aparece en este trabajo, no se olvide:
      El personaje, que lleva como función propia (que nunca delega en este caso) la de ser la voz narrativa, forzosamente debe de estar en la categoría de primera persona gramatical.
      Algunos autores (p. e. : Alberto Paredes) hablan de dos categorías básicas en el narrador en segunda persona:
      1 - La segunda aparente: Aparece un yo explícito que se comunica a un tú.
      2 - La segunda plena : Ese yo queda implícito.
      Pues bien. La maravilla de esta historia , según mi criterio, es que el autor, Israel, propone un Deslizamiento entre la segunda plena y la segunda aparente. Ha combinado ambas posibilidades a partir de deslizamientos entre un narrador en segunda plena y uno en segunda aparente. (Se podría entrar en detalles, pero lo dejamos así).
      Y es en ese riesgo (ese moverse por el filo de la navaja experimentando) donde tal vez se podría introducir algún cambio en la estructura (cabe decir en la trama) para el deslizamiento, sea deslizamiento y no movimiento brusco o duro. Sin que se esté señalando, ni mucho menos, un demérito de la obra.
      En otro orden de cosas, pienso que el conseguir la fidelidad a base de creer que el narratario (el lector) sea como un galgo detrás del pellejo de una liebre falsa a base de administrar intrigas y secretos, es propio entrenamientos ligeros, en fase de aprendizaje. Cuando se está en un experimento de las características del que presenta Israel, pienso que estamos en otro nivel. Sin que quiera establecer comparaciones (¡líbrenme todos los dioses!) sugiero esta lectura :
      «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo».
      Como se sabe, es la primera frase de una gran obra donde ya muere el protagonista y sabemos lo que piensa cuando muere. Y sin embargo seguimos leyendo con emoción y avidez las casi 500 páginas hasta el final
      En resumen ,ha sido y es un placer, el poder compartir estas apreciaciones y discrepar hasta donde sea necesario e incluso un poco más.
      Un abrazo




      (1) Análisis estructural del relato literario, p.117.

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    2. Muchas gracias, MJ, y de nuevo a tí, Javier. Si la motivación fue, como he comentado más arriba, un reto de mi amigo Jose (https://jascnet.wordpress.com/) al que le quise añadir un requisito más escribiendo el texto sin signos de puntuación, la inspiración se la debo al último capítulo del Ulises de Joyce, que leí de nuevo antes de armar esta historia.
      ¿Cómo la construí? Era todo un reto; el camino fácil habría sido escribirlo con comas y puntos y después sustituirlos por conjunciones y preposiciones, pero en este caso el resultado hubiera sido bien distinto. Una vez ideada la historia, lo escribí de corrido una primera vez y después lo revisé varias veces más. Descubrí que las frases tenían que encajar unas dentro de otras, como una matroska, pues si en ocasiones profundizaba en una asunto o dejaba que el protagonista divagara sobre un tema concreto, después tenía que hacerlo volver al contexto de frases anteriores. En este sentido, la idea del carrito fue fundamental para mantener coherencia en la historia, pues ofrece un hilo de ariadna con el que el lector puede retornar al contexto del tránsito del bibliotecario por el corredor y así tener un marco espacio-temporal claro como referencia.
      He aprendido mucho sobre el uso de preposiciones y conjunciones y, aunque parezca extraño, también sobre el uso de la puntuación, por el mero hecho de echar tanto de menos una coma o un punto que ahora les tengo mucho más respeto.
      Javier incide sobre el aspecto fundamental del narrador y su voz, y en esto confieso que lejos de tener una opinión definida, pienso que de sus observaciones y del análisis de este experimento, tengo que profundizar en este tema porque la voz de este narrador nació de forma puramente intuitiva, y tal vez con mayor bagaje de conocimientos podría hacer las cosas con más sentido.
      Y en general, creo que el mejor fruto que ha dado este experimento son vuestros análisis y comentarios, de los que podemos aprender todos.
      Un abrazo.

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